Mentalidad

Mi doble formación, por un lado, en deportes de montaña, y por otro en geografía, condiciona fuertemente mi visión e interpretación de la montaña y las actividades en el medio natural que practico. Cabe decir, que sólo concibo viable una práctica deportiva que sea hecha de manera consciente, responsable y sostenible. Palabras que a menudo se utilizan a la ligera y vacías de contenido, pero que yo me las creo y me las aplico.  Para mí, ser consciente en la montaña significa conocer el entorno, los valores culturales y naturales del lugar, y conocerme a mí mismo, mis capacidades y mis límites físicos y mentales. En este sentido, el alpinismo es para mí la actividad ideal, ya que requiere de un gran conocimiento del medio natural para hacer una buena gestión del riesgo, y a su vez, necesita de audacia, estrategia, esfuerzo y técnica, sin dejar de lado la ética, la historia, el compañerismo y el respeto. Asimismo, la responsabilidad social y ambiental impregna mi manera de hacer, por lo que siempre pienso en las consecuencias de mis actos y mi posición privilegiada para transmitirla en mi labor docente y de guía. Intento hacer llegar un saber hacer en la montaña, una sensibilidad especial por el medio físico y humano, por el patrimonio geológico, por la fauna y la flora, y por los modos de vida tradicionales, para conseguir conectar o reconectar a la sociedad con la montaña y sus valores y enseñanzas.  Y finalmente, procuro ser sostenible, pero no de manera generalista, sino concreta. Esto significa no visitar los lugares sensibles en las épocas desaconsejadas o prohibidas, también, hacer lo posible para que la promoción que hago del medio natural no supere el límite de carga de un espacio y lo masifique. Así pues, escojo cuándo ir o no a un lugar frecuentado para no contribuir a su deterioro, y hago pedagogía, aunque ello implique perder un trabajo. Por lo tanto, recorro de puntillas las montañas sin que se note que he pasado por ellas, disfrutándolas y respetándolas a partes iguales.

Hablando de paisage en la Serra de Sant Gervàs en Adons (Alta Ribagorça)

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